viernes, 4 de septiembre de 2009

Didácticas de infantil y primer ciclo primaria

Un safari en el museo.

Si hay algo que para los chavales resulta familiar son los animales: muchos tienen mascotas, están acostumbrados a verlos protagonizando películas y en los diseños curriculares se trata el tema en repetidas ocasiones a lo largo de la etapa. Para ellos es algo conocido y atractivo, con lo que a nosotros nos resulta muy útil para construir a partir de ahí (si queremos lograr que el aprendizaje sea significativo siempre tenemos que partir de los conocimientos previos de la persona que tenemos delante, y utilizarlos como cimientos del edificio que queremos levantar).

En el museo hay docenas de representaciones de animales: en los cuadros, en algunas piezas de cerámica, en las fotografías de pinturas rupestres, en los capiteles románicos... Algunos llaman enseguida nuestra atención y otros están escondidos en algún rincón de las obras, pero todos tienen alguna historia que contarnos. Nos vamos a convertir en exploradores, protagonistas de un safari incruento cuyo objetivo es descubrir a algunos de los que nos esperan agazapados donde menos lo esperemos.




Un museo para los cinco sentidos.

Del mismo modo que los animales, los sentidos están muy presentes en ellos, se relacionan a través de ellos con su entorno. Los materiales de las obras, lo sentidos que podemos utilizar en la percepción de las obras, aquellos materiales que representan, etc. pueden ser “sentidos” por los chavales.

Por otro lado, hemos valorado el hecho de que las obras elegidas puedan contarnos una historia y puedan servirnos como guía e hilo conductor en un recorrido en el que el orden cronológico no tiene ninguna importancia. Vamos a disfrutar con esas piezas, a interrogarlas, a escuchar las historias que nos puedan contar, a intentar interpretarlas y, sobre todo, a descubrir algunos de sus secretos.


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